
En el año 9 D.C. Publio Quintilio Varo se encontraba al mando de las legiones XVII, XVIII y XIX, cinco cohortes de aliados y y tres alas de caballería. Siendo Varo gobernador de la Germania ocupada por orden del emperador Augusto, al poco tiempo dejó entrever su desmedida inclinación por someter a los germanos a la ley de Roma con un estilo arrogante y desmedida rapacidad enardeciendo el odio bien infundado en los príncipes germanos que constantemente vivían disputando sus querellas. Siendo Arminio hombre de confianza de Varo empezò a urdir la traición que arrastraría al no probo gobernador y a sus legiones a un fatídico final.
Arminio era hijo de Sigimero rey de los Queruscos y fue entregado de joven como rehén a los romanos. Con el tiempo aprendió las costumbres de Roma, su lengua, sus leyes y su forma de combatir, sirvió en las fuerzas auxiliares y, recompensado por su lealtad recibió la ciudadanía y fue elevado al rango de caballero,ganàndose los favores y la confianza de Roma.
De esta manera Arminio tiende una trampa a Varo y sus legiones haciéndolas internar en el bosque de Teutoburgo con el propósito de ir a sofocar una supuesta sublevación algo más al norte.Cuenta Dión Casio, que éste resultó ser un terreno muy abrupto, lleno de grandes raíces y árboles muy anchos que hacía difícil el avance y obligaban a los legionarios a caminar casi en línea, por unos senderos estrechos. Esto ya suponía un dificultad para un ejército que carecía de arqueros y tropas ligeras, pasadas al bando germano o eliminadas.
Marchando confiado y probablemente en cuarta o quinta línea, Varo no debió presentir el peligro y quizá no era consciente de que, una vez dentro del bosque, salir de aquella selva sería difícil, cualquiera que fuese la dirección tomada. Pero este exceso de confianza puede ser normal en una provincia considerada parte del imperio romano desde hacía unos 20 años.
Una vez dentro del Bosque los germanos lanzan un ataque tras otro. Durante todo el día el acoso fue constante y las bajas comenzaban a crecer, pese a no saberse en la actualidad con certeza el número.
Arminio había preparado y camuflado una línea de fortificaciones cerca de Karkriese, donde unas colinas cerraban el camino por un lado y un pantano lo hacía por el otro. Probablemente con las técnicas aprendidas de los romanos, los queruscos y las otras tribus, cavaron fosos, levantaron empalizadas desde las que pudieran disparar los arqueros y dejaron huecos para permitir a la infantería germana salir, atacar y volver a cubierto.
La jornada debió ser durísima, tanto física como moralmente, al darse cuenta de que luchaban contra un enemigo inatrapable por la diferencia de peso que además los iba desangrando poco a poco. Pero de parte romana estaba su entrenamiento y sobre todo su veteranía, algunos llevaban 20 años en el ejército o incluso más como se ha indicado. A la mañana siguiente Varo cambió por completo el orden de marcha para ir más agrupados y darse cobertura mutua. Así mismo sus hombres quemaron y destruyeron todo lo que les enlenteciera. Los ataques siguieron produciéndose. Ese día la caballería romana trató de huir por su cuenta, lo que dejaba a los infantes aún más en desventaja. Con esa huida habían perdido ya cualquier capacidad de perseguir a sus atacantes. El propio Varo fue herido y murió a lo largo del día por dichas heridas o se suicidó.
En ese angosto paso el ataque debió ser terrible y los romanos perdieron del todo la formación. Según los historiadores la mayoría se dejaron matar porque debían estar sin aliento y sobre todo sin esperanza. Pocos supervivientes del ejército romano huyeron, muriendo muchos por el camino, solo 400 soldados de más de 30.000 salieron vivos de la carnicería.
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